Ivanna me contó sobre las emociones que invadian los días en su casa antes de conocernos. Ella sabía que era su casa pero no se encontraba en ella, no tenía muebles, no la sentía acogedora, no le gustaban los colores del ambiente. No invitaba amigos ni hacía reuniones porque no lograba acomodarla y el desorden la ponía nerviosa.
Volver a conectar a Ivanna con su hogar. Analizar los espacios inconclusos, conservar los objetos con sentido que cuentan parte de la historia familiar, darle calidez de hogar para que vuelva a invitar amigos, celebrar cumpleaños y sentirse realmente en casa.
Sentir la casa ordenada, que cada cosa tiene su lugar, fue una transformación increíble. El diseño del mueble bajo la escalera fue lo más. La comodidad de sentarnos en familia a disfrutar una peli en el sofá del living, el fueguito de la salamandra cerca de la poltrona, la deco, las mantas que nos abrigaron todo el invierno… son algunos de los tantos placeres de haber diseñado este espacio.
Pero lo que más me emocionó fue que el comedor sigue conservando el alma de mi Nono. Que hayas tenido en cuenta los muebles que él hizo con sus propias manos me hizo ver la humanidad detrás de tu profesionalismo.
