Soy Anita, una entrerriana de treinta y pico que dejó su nido para ir a la gran ciudad y la vida la trajo a las sierras cordobesas.
La paciencia con los demás me caracteriza y también dicen mis amigas que, en el diseño, voy al grano, soy práctica y muy clara. ¡Para el resto de la vida tengo mis tiempos!
También dicen por ahí que busco el lado bueno de las cosas y las casas, dándole la posibilidad a todos los hogares de ser bonitos, funcionales y mejores espacios para que todos lo puedan disfrutar.
Mi relación con el diseño no siempre fue igual. Nací en un pueblo, en una casa normal, eso sí, siempre limpia y prolija, pero sin lujos. ¿Por qué digo la palabra lujos? Porque siempre hemos creído que el diseño era para un cierto nivel socio económico y vengo a decirte que no es así.
El diseño es una herramienta para mejorar la calidad de vida de todos los seres humanos en todos sus ámbitos.
Cuando vivía en Entre Ríos estaba mas en casa de mis amigas que realmente en mi propia casa, era la visita, no la anfitriona. Cuando me mudé a Buenos Aires, me pasó igual. Al no sentirme «en casa», huía. No me creaba rutinas ni hábitos, simplemente no podía.
¿Por qué te cuento todo esto? Porque como todo estudiante del interior, viví siempre en casas de tíos o pensiones, sin un lugar «propio». Me sentí desterrada con los años y, ya viviendo en una casa con mis cosas, me costó sentirme «en casa».
Después de alquilar, tuvimos la oportunidad, junto a mi pareja, de construir nuestra propia casa. En seis meses quedó lista, hicimos la mudanza con lo que veníamos trayendo de nuestras vidas anteriores. Comenzamos a terminar los detalles, los pendientes, eso que lleva tiempo pero que tranquilamente te permite disfrutarla pero en 2014 tomamos la decisión, después de analizarlo en profundidad por temas de inseguridad, y nos mudamos a Córdoba.
Ni te cuento lo difícil que es como diseñadora dejar tu propio diseño incompleto. Esa era «mi obra maestra» (nuestra obra maestra) y la tuve que dejar ir. Fue doloroso.
Nos mudamos a una casa que nos encantó, pero no era la nuestra, no tenía las comodidades que tenía la nuestra, apenas si tenía 3 enchufes en todo el living-comedor-cocina y estaban en cualquier lado, ¡incómodos e inaccesibles!.
Es raro pensarlo, ¿una diseñadora que no se siente a gusto en su casa?. Hay muchos factores internos que nos llevan a sentirnos así.
Cambiar el chip me costó y fue eso lo que me ayudó a cambiar mi interior completamente.
Te estarás preguntando cuándo comencé a interiorizarme por el diseño. En 2005, cuando me vi trabajando con Pablo, mi compañero desde hace 17 años, entre telas y tapizados. Eso me llevó a estudiar Diseño de Interiores en ABM Instituto Superior de Diseño de Interiores, una casa de estudios que amé y amo.
Siempre me gustó la parte creativa, el arte, dibujar y si tengo que ser realmente sincera, jamás pensé que se podría vivir de una carrera artística. Antes de estudiar diseño, estuve a nada de anotarme en la carrera de Fotografía profesional, que sigo amando e intento siempre tenerla presente para mi trabajo, de manera autodidacta.
Con los años y tras muchas mudanzas, descubrí lo importante que es «sentirse en casa», a salvo, contenta, en paz… sonreír cuando me voy a dormir y también al despertar, ¡no pido más!
Creo que el diseño fue la herramienta que me ayudó a mejorar la calidad de mis días y por eso HOY mi misión es inspirarte, motivarte y enseñarte, para que comiences a mejorar tu hogar y así sentirte mejor, porque todo comienza por casa y esas respuestas están dentro tuyo, donde vayas.
Pensar el diseño como un medio y no como un fin, porque una casa está en continuo movimiento, en un constante proceso, como nosotros, es así de simple. No se termina, es más, muta, se transforma y crece junto a nosotros.
Hoy en día es fácil inspirarse, la tecnología ayuda en todo ese proceso, pero los miedos son los mismos. Sentirte en casa no es algo que puedas transformar con sólo mirar fotos y llenarte de revistas de decoración, porque para sentirte en casa falta justamente eso, SENTIR. Sentir qué querés, cómo lo querés disfrutar, con quiénes. Todo esto es posible llevándolo a la acción, es la única manera: haciendo el diseño realidad.
Es por eso que quien me deja entrar en su casa, me está dejando entrar en su vida. Conocer quién vive en los espacios es para mí ,el regalo más lindo que pueden darme, además de su tiempo y su confianza.
Una forma de ayudarte es con mis asesorías personalizadas, donde no solo diseño por vos sino que tengo como objetivo mayor: ¡enseñarte a disfrutar tu casa y a vivirla a tu manera!
Quiero agradecerte por estar hoy acá, leyéndome, conociéndome, reflejándote en mí para comenzar a transformarte y mejorar tu hogar.